top of page

     Perdón es una emoción que parte de nuestro ego, de nuestras creencias muchas veces heredadas de nuestros padres, familiares, maestros, profesores, o cualquier persona que le demos autoridad sobre nosotros, sobretodo cuando somos niños o de las convicciones religiosas heredadas de nuestros familiares.Se nos ha enseñado que perdonar es divino y que por eso debemos perdonar a todo aquel que en apariencia nos hace 

Perdonar

daño. Esto suele originar conflictos internos, ya que nos resulta difícil olvidar y decimos “Yo perdono, pero no olvido”, y esto es igual a no perdonar, a no soltar la carga a mantener esa emoción de soberbia y orgullo enquistada en nosotros.Debemos empezar por comprender y entender que nadie, absolutamente nadie nos hace daño, sino nosotros mismos, que permitimos que los demás nos dañen, que abrimos ese camino para que otros entre y perturben. Debemos dejarnos fluir entendiendo que mas nadie que nosotros somos dueños de nuestro ir y venir de nuestras acciones y circunstancias. Debemos estar más atentos a las situaciones que vivimos y dejar de abrirle las puertas al dolor, para lo cual nos ayudara el estar atentos continuamente de lo que sentimos, pensamos y de cómo actuamos con nosotros con todo nuestro entorno y poder actuar en consecuencia. Si estamos conscientes en nuestro aquí y ahora alerta de todo las maravillosas señales que nos rodean pudiéramos revertir situaciones en apariencia desagradables que no traen circunstancias positivas a tu vida.Si nos permitimos que entre el Amor a nuestra vida, lograremos ver a todas las personas que nos rodean con ojos de amor; si logramos ponernos en su lugar (lo que llamo nuestro Padre Misericordia, término tan tergiversado por esta humanidad) vamos a poder percibir lo que ese ser siente y saber por qué hace lo que hace. Al comprender esto habremos liberado y por ende no habrá nada que perdonar, no creando karma algunoEsto no significa que si nosotros sabemos que nuestro prójimo tiene una conducta reiterada totalmente contraria con respecto a nosotros o hacia los demás sigamos exponiéndonos a que se repitan estas situaciones desagradables o como se diría popularmente “Poner la otra mejilla” (Frase también tergiversada) “Comprender” es decidirse a vivir la vida en plenitud, en armonía, no cargando un morral de agravios y de amarguras que finalmente no nos dejan percibir ni disfrutar de nuestra estancia en este hermoso lugar, ya que vivimos pendiente de quien va a ser nuestro siguiente agresor.

Isa.

bottom of page