"La humildad tiene un sonido. Es una melodía tan hermosa que te postra de rodillas ante lo más liviano y te hace sentir una intima felicidad. La emoción es tan intensa que incluso el ego se siente arrobado por ella”.

 

    Nos estamos equivocando de alimentos, y nutrimos al ego de cosas o experiencias banales. Pero lo cierto es que este gran maestro, sigue teniendo hambre porque en ese incesante nutrirse todavía no ha encontrado su maná. Y me lo dicen en forma de pregunta... ¿Conoces algo a alguien que no se sienta completamente saciado cuando siente o vive el amor?

 

    Pues lo mismo le ocurre al ego. Y cuando siente esa gran satisfacción, te premia insuflándote en el corazón sensaciones liberadoras que te hace comprender que alcanzaste la luna con las manos, o que puedes bajarte las estrellas y repartirlas por doquier.

 

    Es entonces cuando te hace sentir que eres mágico y lo único que se te ocurre en ese instante es mirar a tu alrededor para ver con cuántos puedes compartir ese regalo que te ha hecho el ego.

 

¡¡¡Cuántas máscaras puede tener un maestro incomprendido!!!"

 

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