top of page

   Conocemos que podríamos llegar a un estado de absoluta templanza, neutralidad de juicios y absoluta quietud. Lo que quizás no sabemos es que existe un mecanismo psico-fisiológico que nos lleva a esta quietud, este estado de absoluta paz desde donde puede brotar el amor de verdad, este es el punto parado o de estado de quietud del sistema nervioso central, también llamado sistema sacro-craneal o cráneo sacral. Por ello podemos aprender a hacerlo a voluntad, a reconocerlo y aumentarlo.

Unto De Quietud Del Corazón

    Es un punto de evasión de todo lo molesto, incomodo que nos altera del mundo físico y la realidad tridimensional. Cuando éramos niños lo llamábamos irnos a Babia, donde ya nada te molestaba, donde tu mundo en sueños coincidía con tu realidad cotidiana. La educación nos ha hecho estar siempre presentes, siempre listos a atender a nuestro entorno, no nos ha dejado evadirnos a ese mundo privado que llamamos irnos a Babia. Es el lugar por donde salimos del cuerpo cada noche al soñar, es el punto donde sucede todo lo involuntario biológico, desmayos, ataques cardiacos, orgasmos, dejavus, cuando decimos, me he ido por unos momentos, no estaba aquí ha sucedido un punto parado de quietud del sistema craneal, del sistema nervioso central.

 

   El pulso craneal que sube el liquido cefalorraquídeo del sacro al cráneo y de nuevo al sacro es el más lento que existe en nuestro cuerpo, es la mitad de la respiración normal y para relajarnos conectamos el ritmo respiratorio a voluntad al mismo ritmo que el craneal y de inmediato entramos en ondas alfa cerebrales, Con la respiración también conectamos y relajamos el ritmo del corazón entrando en coherencia rítmica que es lo que aumenta el mecanismo de sanación natural.

 

   El corazón a 64 pulsaciones por minuto, la respiración a 16 ciclos por minuto y el ritmo craneal a 8 ciclos por minuto, todos los ritmos del cuerpo se armonizan y bailan juntos en armonía. Este ritmo craneal se detiene del todo para evadirnos de esta realidad, es el único ritmo que se aquieta para cambiar las sensaciones temporales y espaciales, es la que hace que todo se calme, se relaje, se acepte y también baja la fiebre, por eso cuando estamos enfermos al quedarnos en cama damos la oportunidad de dormir haciéndonos puntos de quietud. El organismo así se sincroniza en sus ritmos y se va recuperando, consigue combatir todo de forma natural. Podemos crear un punto parado o de quietud a voluntad, volver a recuperar nuestro propio espacio de evasión de esta realidad al aprender a hacer un punto parado, llegar al punto de quietud y de neutralidad absoluta para que nada nos afecte y podamos reaccionar de la mejor forma posible antes los arroyos y travesías difíciles de nuestro viaje en esta vida.

 

   Aprender a inducir un punto parado, un punto de quietud es una terapia en si misma para ti y para los demás, porque aprendes a calmar al alguien y dormirle pase lo que pase, es algo absolutamente necesario para volver a tu corazón, a centrarte y así poder ver las cosas que sucedan con la mayor calma posible. Necesitamos mas que nunca en nuestros días encontrar este espacio sin tiempo, este espacio de confianza total y de amor por la vida, sin reacciones descontroladas, sin emociones alteradas, esa paz interior que nos lleva hacia la templanza evolutiva y el Amor.

 

fte: Marysol Gonzalez Sterling.

bottom of page